jueves, 2 de julio de 2009

Día 179 Poesía 179

Es cierto que era muy cierto
Que debajo de cada día se escondía la noche
O un gato negro

También es cierto que era cierto
Que las horas y los veranos
Me colgaban de la espalda

También
Que mis sabanas y los mares
Que el perchero y mi velador
Que las tortugas y las islas
Que los trofeos y los almanaques
Que todas esas palabras y estanterías
Se agotaban en mis suspiros
Y en cada gota de mi viento
Se me iban hijos como pelos

Es cierto que todas y cada una de las tardes
Que presencie eran tardes
Y yo tomaba te con leche en una palangana roja
Y a las siete y media eran las siete y media y se hacia de noche
Y a las ocho y cuarto cerraban mis ojos
Y yo dormía
Y dormía el mundo
O se iban todos a no se donde

Y luego nada
O mis sueños o pesadillas
O vientos en la noche
O sea todo

Pero lo que era entonces seguro ya no más
Aprecian si otras cosas muy ciertas
Como que durmiendo y soñando se duerme y se sueña
No hay, crean, otra manera para hacer estas cosas
Mientras dormía y soñaba
Dormía y soñaba
O las luces y los autos
O las sombras y los carteles
O los ruidos y los nombres
O las letras y mis dedos
Y, sin embargo, el reloj

Pero muy a pesar de todo
Mi sueño
Mi noche
Mi dormir

(o las infinitas oposiciones
y desideranciones, imbuidas en toda poesía,
a las que me someto)

Decíamos entonces
Mi sueño
Mi noche
Mi poesía

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